UNA VIEJA IMPRENTA Y EL PERIÓDICO LUSOY Américo G. Rovasio (1921-1999) Vivencias en la vieja imprenta. En el año 2016, luego de sesenta años de haber dejado la imprenta y el hogar de sus primeros doce años, Roberto pidió permiso a los descendientes del antiguo dueño, a quien su padre había vendido, y volvió a ingresar al viejo edificio cuando, en su espalda, ya pesaban más de setenta primaveras (con sus veranos, otoños e inviernos…). Frente a sus ojos apareció un escenario semiderruido. Hacía tiempo que nadie lo habitaba en forma continuada. Y se dio cuenta en ese momento que, de los años de infancia allí transcurridos, no había quedado ni un solo registro fotográfico del edificio, de sus máquinas y herramientas, ni en donde sus padres habían desarrollado la inicial construcción de sus vidas. El antiguo piso de madera crujiente a cada paso, las máquinas abandonadas, el polvo cubriendo los delgados cajones de letras esperando por un texto, el olor penetrante de las obsoletas tin